Es una realidad que vivimos en un mundo completamente renovado y es requisito tener líderes adaptados a esos cambios. Las necesidades de las empresas y de sus colaboradores se han transformado radicalmente y la gestión inteligente de los equipos ha cobrado más relevancia que nunca.
Hoy resulta crucial replantear las competencias de los líderes, ya que su orientación tiene un importante impacto en los pasos de quienes conforman su equipo.
Y es que un líder es aquel que encabeza y dirige a un grupo en específico. Es esa figura que debe tener la facultad de influir e inspirar a otras personas. No sólo es quien delega responsabilidades, sino también quien impulsa a las personas que forman parte de su entorno a sacar su mejor versión y a promover su desarrollo.
De acuerdo con el estudio Global Leader Forecast 2021, elaborado por la firma de consultoría de RR.HH. y desarrollo de liderazgo DDI, a nivel mundial sólo el 11 % de los profesionales de recursos humanos dicen tener candidatos sólidos para ocupar puestos de liderazgo en este periodo pospandémico. Esta cifra, representa la tasa más baja que la firma ha reportado en la última década.
Por tanto, es indispensable establecer planes de acción desde las empresas que permitan a nuestros líderes recibir un entrenamiento para influir positivamente en sus colaboradores. A continuación, te decimos cómo puedes lograrlo.
8 habilidades que todo líder debe desarrollar
- Escucha Profunda. Este es el punto de partida del entrenamiento de cualquier líder. Y su significado no es más que asimilar y recordar lo más fielmente posible lo que se está diciendo. Es poner más atención a lo que se quiere dar a entender, más que a las palabras mismas. Un líder siempre debe tener las puertas abiertas para escuchar las necesidades, los dolores y los triunfos de cada integrante de su equipo. La comprensión y la flexibilidad son elementos que ayudarán a perfeccionar esta escucha activa
- Observación. Este es el recurso con el que un líder puede prestar atención a todo lo que ocurre a su alrededor. Es la mejor forma de descifrar ambientes, emociones, sensaciones, personalidades y hasta las necesidades que puede tener el equipo. Observar es ir un paso adelante, anticiparnos a lo que vendrá mañana y diseñar en nuestro cerebro un modelo de eficiencia para todo lo que compete en nuestro entorno laboral.
Para ello, es necesario tener una mente abierta y estar dispuesto a llevar nuestro pensamiento al terreno de lo global. Con ello podremos generar relaciones y conexiones duraderas entre todos los miembros del equipo y de los conceptos que se manejan dentro de este. Es apostar por un modelo de cooperación para que el resultado siempre se enfoque hacia dar lo mejor de sí.
- Promover la toma de conciencia. Un principio básico de liderazgo efectivo es dejar el control guardado en el armario para impulsar el desarrollo de las personas a través de la confianza en sus capacidades. El liderazgo consciente no sólo dirige, también motiva. La conciencia se construye a partir de la comunicación con el equipo. Es de suma importancia dar a conocer a los colaboradores la relevancia de su función para llegar al objetivo. De ese modo, se dignifica su labor y se refuerza el principio de que, para llegar a la meta planteada, se necesita un conjunto de talentos.
- Ser inclusivo. En la medida de que un lugar de trabajo recibe nuevas generaciones, se convierte en un espacio diverso. En estos casos el líder debe hacer respetar las diferencias en las personas, ya que de esa manera evitará conflictos futuros. El respeto y la tolerancia son las bases para hacer suceder espacios de trabajo en los que la diversidad esté presente.
- Habilidad de reconocimiento. Un equipo que recibe el reconocimiento justo de su esfuerzo automáticamente aumentará su nivel de compromiso para con la célula de la que forma parte. Es la inyección más poderosa de motivación que podemos regalarle a nuestros colaboradores. Los buenos líderes, son aquellos quienes son capaces de compartir la gloria con cada una de las personas que colaboraron a la causa. Busca la manera de recompensar los logros de tu equipo. El salario emocional, suele ser un arma muy poderosa y no requiere de una inversión monetaria.
- Formación continua. Una persona de éxito debe someterse a un reciclaje continuo. Es decir, estar dispuesto a desaprender lo aprendido para recibir lo nuevo con los brazos abiertos. Y en ese reciclaje continuo también será de suma importancia incluir en el viaje al equipo de trabajo. Dejar de un lado los apegos a las ideas viejas y convencionales para adoptar aquellas que nos hacen cada vez más competitivos.
- Promueve la acción. Es un hecho que el mercado laboral actual está ávido de profesionales dotados de una capacidad de adaptación casi inmediata. El mundo actual necesita ideas constantes que promuevan la mejora de los procesos. De eso dependerá la transformación e innovación tanto de las empresas, como de la vida de las personas que habitan en ella.
- Medición de resultados. Para asegurarte de que vas por buen camino, es importante medir los resultados obtenidos tomando en cuenta tres indicadores clave: la eficiencia del equipo, la efectividad y la productividad.
Construye entornos laborales felices.
La clave más importante para ser un líder efectivo es garantizar el bienestar de tus colaboradores con base en la detección y satisfacción de sus necesidades, así como también, en la determinación de sus responsabilidades. Cuando la satisfacción y el compromiso conectan, los resultados a nivel negocio siempre serán fructíferos, pero no sólo eso, ya que también te convertirás en un agente transformador de vidas.