En una reciente declaración de Mark Zuckerberg, CEO de Meta, dijo: “no existe una manera correcta de despedir a alguien”. Y tiene razón, pero sí que podemos llevar a cabo buenas prácticas para hacer una buena desvinculación laboral.
La vida laboral tiene ciclos. Entre esos pasos hay momentos para contratar y otros, lamentablemente, que tienes que despedir. Hoy veremos en detalle 7 consejos para poder realizar un buen offboarding.
Tanto el reclutamiento como el despido forman parte del trabajo de recursos humanos y de los líderes de los equipos y su práctica afectan y mucho a la reputación de la empresa.
Las relaciones laborales terminan y la forma en la que lo hacen afecta al resto de miembros del equipo y pone de manifiesto la cultura y los valores de la empresa.
Un buen proceso de desvinculación permite tanto a la empresa como al profesional recuperarse y poder afrontar la nueva situación.
Cualquiera puede ser despedido, nadie se salva de eso. Por ese motivo es importante que nos replanteemos cómo despedir de forma correcta a un empleado.
El efecto viernes: ejemplo de una mala praxis
A continuación, narramos una situación ficticia que pone de manifiesto los errores que se producen en la mayoría de los despidos.
Es viernes, falta poco para terminar la semana y el director de RR.HH. llama a un trabajador a su despacho.
Al entrar ve la temida carpeta y sabe lo que va a ocurrir. Al otro lado de la puerta sus compañeros pueden intuirlo, es el “efecto viernes” y nunca es una buena señal para el trabajador.
Al entrar el gestor de talento le da una carta estándar. No se le concede ningún preaviso, no se le dicen las razones y su jefe directo no está presente en esa reunión.
Mientras tanto, el equipo de Sistemas está bloqueando su computadora y gestionado su correo electrónico.
No tendrá posibilidad de despedirse de nadie, de dar las gracias por el tiempo ni siquiera de pasar o renunciar a las reuniones programadas para la siguiente semana.
Nadie se puede despedir de él.
El lunes todos llegan a la oficina, nadie comunica nada de forma oficial pero los rumores ya corren por la oficina y es el tema más comentado a la hora del café.
Algunos compañeros piensan que le escribirán para saber cómo está, pero a las 10 de la mañana todo vuelve a tener el mismo ritmo solo que ahora muchos se preguntan si ese viernes les tocará a ellos entrar en el despacho.
Estos últimos meses estamos viendo como grandes empresas tecnológicas llevan a cabo despidos masivos de la peor forma posible.
Empleados que al llegar de un break tienen el Slack bloqueado o personas que reciben un tweet con la información de que ya no forman parte de la compañía.
Aquí puedes leer un ejemplo de cómo no debería hacerse.
¿Cómo debería ser?
A nadie le gusta despedir ni ser despedido. Es una de las acciones más difíciles que puede tocarte llevar a cabo en tu día a día, pero, a veces, por circunstancias laborales toca hacerlo.
Muchos despidos no tienen que ver con la persona, si no con la economía o resultados de la empresa.
Para empezar a cambiar el efecto viernes es importante que sea el director y jefe directo quien hable con esa persona a solas y le explique la situación. Exponer los principales motivos puede ayudar a que esa persona se sobreponga a la desvinculación.
En ese diálogo se acuerda con el trabajador las etapas y tareas para abandonar la empresa y se agenda la próxima reunión con Recursos Humanos para que le faciliten la documentación y todo lo relacionado con el finiquito.
También se habla con el trabajador para pactar una forma de comunicar al resto del equipo su marcha y poder despedirse de compañeros y clientes.
Hay situaciones en las que esa marcha debe hacerse de forma acelerada y se bloquea la comunicación. Sin embargo, sigue existiendo empatía en el despido y eso ya lo hace más humano.
Algunos consejos
Aquí van algunos consejos que pueden ser de utilidad para superar con éxito el offborading o el proceso de desvinculación de la empresa por parte de un empleado.
Uno de los más importantes es no demonizar a la persona que ya no estará en la compañía, al fin y al cabo, toda acción influye en nuestra reputación de marca y afecta a la percepción y vivencia que tiene el trabajador.
- Muestra empatía por la situación y por las consecuencias que tendrá esa acción en la vida de la persona. En la conversación es importante que muestres que entiendes las afectaciones que esa decisión tendrá en la vida de esa persona.
- Integridad: conocer los motivos reales puede ayudar a superar el duelo de ser despedido. Siempre debemos dar a conocer los motivos, eso sí, la forma de comunicar es vital y por ello es importante medir bien las palabras.
- Escucha a la persona que tienes delante: sabes que despedir a alguien no es algo agradable, pero es importante que le des tiempo para hablar y escuches realmente lo que te dice.
- Ofrece apoyo y mantener el contacto: la vida laboral da muchas vueltas y nunca sabes si te volverás a encontrar con esa persona. Además, cada vez más profesionales vuelven a empresas en las que estuvieron con anterioridad, se les conoce como candidato búmeran.
- Asesórale o recomiéndale asesoramiento si tiene dudas con la documentación, la retribución, etc. También indícale que el equipo de RR.HH. está a su disposición si tiene cualquier duda.
- Informa al equipo: esto genera muchos comentarios, incertidumbre, …. Informa a los miembros del equipo cuáles han sido los motivos y qué pasos se darán en la organización con el fin de tranquilizarlos. Evita los chismorreos y el mal clima laboral que puede provocar esta acción.
- Seguir siendo un equipo: el último consejo que te podemos dar es que superar un despido va mucho más allá de firmar la documentación. Es importante que el equipo siga sintiendo que hay estabilidad laboral. Para ello, es recomendable tras la comunicación, hacer una reunión para hablar de la organización posterior, cómo se sienten y cómo mejorar el conflicto que surge tras quedarse atrás un compañero en el área.
Como Recursos Humanos o líderes debemos tener presente que la desvinculación es una fase más del ciclo de vida de un colaborador y debe ser contemplado y planificado para no terminar mal.
La forma de cómo termina una relación también da mucha información y puede perjudicar un buen trato profesional trabajado a lo largo de los años.
Sabemos que no es fácil enfrentarse a esto, pero hacerlo con empatía y profesionalidad puede ser un gran paso para des estigmatizar el despido y empezar a tratar las relaciones profesionales como ciclos de vida que se van repitiendo.