Aunque pueda parecer que el tecnoestrés es una invención de 2021, la verdad es que este término apareció por primera vez en 1984.
Sin embargo, actualmente estamos viendo más casos y los síntomas se manifiestan de forma más recurrente en nuestro equipo.
¿Qué es el tecnoestrés?
Esta palabra se refiere al estrés específico derivado de la introducción y empleo de nuevas tecnologías en el trabajo. Ello conlleva efectos psicosociales negativos derivados del uso de esta tecnología.
El tecnoestrés se deriva de la ansiedad que provoca la tecnología y sus efectos, así como la dependencia absoluta hacia ella.
Fue definido por primera vez en 1984 por el psiquiatra norteamericano Craig Brod. En ese momento, las computadoras se empezaron a instalar de forma habitual en las vidas de las personas y les provocaban ansiedad.
El tecnoestrés consiste en una mala adaptación para tratar con nuevas tecnologías de forma saludable. Va en aumento debido a la invasión de smartphones, tabletas, computadoras, relojes inteligentes…
Además, los síntomas aumentan cuando no existen horarios, cuando la línea entre vida laboral y personal se difumina, cuando la persona no se puede desconectar. Entonces aparece el estrés tecnológico y el rendimiento bajo.
Podemos decir que esta “enfermedad” se produce como resultado de un desajuste entre la demanda y los recursos. Puede provocar actitudes negativas o perjudiciales hacia las TIC y la relación con ellas.
Algunas universidades han desarrollado diferentes instrumentos para medir el tecnoestrés en personas. Por ejemplo, la Universidad Jaume I ha desarrollado el RED-TIC para diagnosticarlo.
Síntomas y causas del tecnoestrés
A continuación, te presentamos algunos de los síntomas y las causas, propuestos por el Observatorio de Recursos Humanos, que pueden apreciarse en las personas que lo sufren:
Síntomas del tecnoestrés:
- Imposibilidad de desconectarse de la tecnología: este es uno de los más graves, ya que se asocia con la adicción. La persona necesita estar en conexión permanente. A nivel laboral, es necesario fijar descansos y pautas para crear una disciplina. Así el retorno es mucho más efectivo.
- Trabajar a cualquier hora: es necesario como organización marcar un horario limitado y respetar las horas de desconexión. Si los colaboradores responden por la noche o madrugada, ello es un claro síntoma de que algo no va bien. Como gestor de talento, debes hablar con ellos y establecer una guía de las buenas prácticas.
- Aislamiento social: aunque internet nos permite conectarnos con otros, un exceso puede suponer un aislamiento social y laboral. El teletrabajo ha incrementado este sentimiento y ha originado que nos volvamos menos sociales, que trabajemos solos. Se deben incentivar las reuniones de vez en cuando (cuando sean necesarias), así como los encuentros en espacios virtuales o en la oficina para hablar sobre otros temas y permitir relacionarse.
- Sedentarismo: el aumento del uso de las TIC produce una reducción de la movilidad. Ahora al trabajar no necesitas recorrer grandes distancias ni moverte cuando quieres algo. Por ejemplo, para solicitarle algo a un compañero, antes te levantabas, ibas a su escritorio y le pedías aquello que necesitabas; sin embargo, actualmente mediante un mensaje instantáneo puedes realizar dicho requerimiento. Como empresa es necesario incentivar un estilo de vida saludable y promover el ejercicio para evitar los problemas derivados del sedentarismo.
Causas del tecnoestrés:
- Falta de materiales y herramientas: la falta de la herramienta adecuada puede suponer un aumento del estrés por parte del colaborador y también causar lesiones físicas en los trabajadores. Es necesario ofrecer un espacio donde se respete el bienestar físico y mental. En el trabajo desde casa, algunos colaboradores no cuentan con el material necesario para trabajar correctamente.
- Falta de formación: con el fin de disminuir esos niveles de ansiedad ante las nuevas tecnologías, es necesario formar y capacitar al equipo para que se sientan confiados a la hora de realizar su trabajo. Revisa las necesidades actuales de tu plantilla para conocer qué grado de formación necesitan.
- Ausencia de tareas y objetivos definidos: la saturación de trabajo, el aumento de tareas o la ausencia de objetivos definidos originan que el trabajador pase horas intentando llegar a una meta intangible. Es necesario que cada puesto en la empresa tenga unas tareas definidas, unos objetivos y unos plazos para poder solventar este malestar por desconocimiento.
- Bajo rendimiento y desmotivación.
Soluciones para ayudar al equipo
Lo mejor es realizar acciones para prevenir este malestar. Ello puede concretarse fomentando las reuniones presenciales, ayudando a la desconexión, limitando el tiempo de uso y creando una pauta clara para el manejo de herramientas.
Otra forma de evitar el estrés es la formación. El miedo se dispara ante lo desconocido; por ello, si realizamos acciones para mostrarlo y enseñarlo, ese miedo se reduce.
Con la llegada de la pandemia, muchos colaboradores tuvieron que adaptar sus hogares para seguir trabajando. En esos momentos, apremiaba la inmediatez; pero las empresas realizaron formaciones adicionales para acompañar en esa transición.
Ante cada cambio tecnológico, RR.HH. debe hacer lo mismo. Capacitar a los colaboradores permite que ellos estén confiados en sus habilidades y saquen adelante sus tareas sin ansiedad.
Tanto si un colaborador ya muestra síntomas de tecnoestrés como si no, te presentamos algunas recomendaciones que ayudarán a limitar sus efectos:
- Organizar la jornada laboral: tareas, descansos, horarios, planificación de objetivos…
- Diferenciar claramente jornada laboral de tiempo libre. Nada de conectarse fuera de horas.
- Permitir un buen balance entre vida laboral y personal.
- Distinguir lo urgente de lo importante: existe una diferencia clara entre esos dos aspectos y a veces no hace falta correr tanto.
- Brindar formación a fin de dominar las nuevas herramientas necesarias para el trabajo.
- Promover y facilitar un estilo de vida saludable: buena alimentación, ejercicio, técnicas de relajación y sueño reparador.
Tras más de 15 meses en una situación de incertidumbre, ya es el momento de conocer cómo se encuentra la salud mental de tus colaboradores y prestar especial atención al estrés derivado de toda esa transformación.
Realiza encuestas, habla con ellos, crea espacios de desconexión y facilita las pautas mencionadas para que sientan que la empresa los cuida.
Nunca es tarde para aprender a convivir con la tecnología de forma saludable.