Durante el 2021, la salud mental captó muchos titulares. Por ejemplo, la OMS alertó acerca del peligro de descuidarla tras el confinamiento y la incertidumbre por la crisis sanitaria.
Una de cada cuatro personas padecerá algún trastorno mental a lo largo de su vida, según la Dra. Lago, especialista en Psiquiatría y directora de tres centros de salud mental en España.
Cada vez más profesionales consideran este tema a la hora de seleccionar una empresa en la que puedan crecer y desarrollarse. Sin embargo, antes de pensar en acciones empresariales, se debe analizar qué hacer para brindarles soporte a aquellos compañeros que luchan contra problemas de salud mental.
Nuestras acciones no pueden suplir la ayuda de un profesional, pero sí es posible que constituyan un buen apoyo para salir adelante. Sentirse a gusto en el equipo permite ir a trabajar con la seguridad de que el ambiente será sano y saludable. No obstante, esa es una tranquilidad que muchos colaboradores no sienten.
4 consejos para ayudar a los compañeros
Actualmente la cifra de suicidios es la más alta en dos décadas. Sin embargo, este problema preocupante por fin se empieza a visibilizar en la calle y las empresas.
La salud mental se alimenta de las buenas relaciones con las otras personas, según afirmó la Dra. Lago durante una entrevista al diario español La Vanguardia.
Varios expertos en salud mental han establecido pautas y herramientas para que las empresas diseñen y ejecuten planes adecuados. Ello a fin de poder hablar sobre este tema sin que sea un tabú ni provoque un estigma entre los colaboradores.
Por todo lo anterior, a continuación les presentaremos 5 consejos que cada uno puede implementar en su día a día para ayudar a los compañeros:
1. Generar espacios para hablar sobre los retos asociados a la salud mental
Las personas que sufren o se encuentran en una mala situación necesitan un espacio seguro. Ello implica que se las escuche sin juzgarlas ni brindarles consejos banales.
Ante la pregunta ¿cómo estás?, debes escuchar atentamente a la otra persona y permitirle que te cuente cómo se siente. Para ello, no debes usar frases típicas como “seguro que te va bien”, “no será para tanto”, “hay muchas cosas por las que debes ser feliz”; tampoco debes tratar de ofrecer tu ayuda con frases como “no estás sola, puedes contar conmigo” o “descubriremos cómo hacerle frente, pero podemos empezar con un abrazo”.
En las organizaciones, los problemas de salud mental que más se presentan son la ansiedad, la depresión, el estrés o el síndrome del trabajador quemado (burnout). Por ello, hazles saber a tus compañeros que pueden contar contigo y que los escucharás sin caer en dichos tópicos.
Si compruebas que el problema necesita ayuda de un profesional, recomiéndales visitarlo. Tu apoyo no debe suponer en absoluto una forma de evitar el trato médico.
2. Desarrollar procedimientos y técnicas para aplicarlos en momentos difíciles
Todos en un momento u otro hemos experimentado algunos de los síntomas mencionados anteriormente. Por tanto, podemos compartir técnicas que a nosotros nos hayan servido de ayuda en esos momentos.
Por ejemplo, técnicas de relajación como respirar en cuatro, visualizar algo que nos calme, repetir un mantra… Compartir nuestros métodos puede ser de ayuda para ellos.
Incluso estas acciones pueden asumirse como un procedimiento de equipo cuando se produzca un pico de estrés o un mal día. Cabe recordar que estas recomendaciones sirven para crear bienestar dentro de la organización.
3. Normalizar el bienestar y trabajar para ello
En algunos países, es más fácil hablar sobre el bienestar que en otros. Sin embargo, parece que aún sigue habiendo cierto estigma hacia personas que sufren algún problema de tipo mental.
Anteriormente se relacionaba a estas personas con individuos de carácter débil o melancólico, de quejas constantes o poco optimistas.
El conocimiento acerca de la salud mental ha evolucionado mucho. Por tanto, cada vez resulta más común acudir a terapia o contar con un psicólogo para que nos ayude a superar ciertas etapas de la vida que pueden ser problemáticas.
Como compañeros, debemos hablar abiertamente sobre ello, ser honestos y sensibles al respecto e intentar quitar ese estigma que acompaña a dicho tipo de sensaciones.
Contar con este apoyo puede suponer una gran diferencia entre luchar solo y en silencio, o externalizar esa búsqueda de mejora y poder contar con el equipo para superarlo.
4. Compartir información y actividades
Esta tarea puede estar más relacionada con el área de Recursos Humanos. Es posible que la empresa cuente con medios que permitan batallar contra los problemas mentales. Por ejemplo, tener un listado de profesionales recomendados y grupos de apoyo; además, realizar actividades adicionales para practicar la meditación, la relajación o incluso baños de bosque en equipo.
La comunicación directa y honesta con los colaboradores puede ser un buen aliciente para incluir este KPI entre los indicadores de satisfacción y retención. Cuando protegemos a los colaboradores, ellos cuidan de la empresa y sus intereses.
Fortalecer nuestras relaciones
La salud mental es un componente esencial para el bienestar de las personas. Según la OMS, «la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
El bienestar es una capacidad colectiva e individual que se debe trabajar y cuidar para poder estar saludables. Es la capacidad de manifestar sentimientos, interactuar con el resto, trabajar de forma adecuada y disfrutar de la vida.
La promoción de este tipo de salud consiste en crear entornos y condiciones de vida, personal y laboral, que propicien una paz mental que les permita a las personas vivir y disfrutar de lo que hacen.
Como profesionales miembros de una organización, debemos considerar que esta manifestación de malestar es un indicativo de las formas de trabajo y del sentimiento personal que acompaña a ese colaborador.
Tanto las políticas gubernamentales como los programas internos de las empresas pueden ser una buena solución a fin de poner esta cuestión en la palestra, creando entornos seguros para batallar contra dicho malestar.
Las organizaciones pueden contar con aliados a la hora de elaborar planes. Asociaciones, profesionales médicos y grupos de ayuda pueden mejorar la percepción de los colaboradores dentro de la empresa orientando la implementación de programas específicos.
Las empresas están formadas por personas; por ello, pongamos a los colaboradores en el centro.
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