Cada vez más empresas apuestan por el retorno de sus empleados al trabajo presencial. A favor de esta demanda, se ha argumentado que la labor en la oficina fomenta la creatividad y permite un mejor trabajo en equipo, en el que las ideas fluyen.
¿Realmente se potencia la creatividad en la oficina?
Algunos expertos afirman que existe cierta magia del proceso que solamente se consigue en el cara a cara. Asimismo, señalan que la pantalla dificulta compartir ideas e incentiva a mantenerse y trabajar en lo de siempre.
Uno de los retos principales del área de Recursos Humanos y de muchos equipos creativos ha sido buscar la forma de generar en remoto la misma productividad y energía, de poder realizar un trabajo innovador, aunque hubiera una pantalla de por medio.
Por otro lado, a ciertas personas el caos de la oficina les dificulta inspirarse y focalizarse en una tarea. Algunos han usado este tiempo para crear una rutina y aprovechar las horas de mayor lucidez. Atrás quedaron los cafés con compañeros o el trayecto hacia la oficina. Si la primera hora es la mejor, el trabajo en casa les ha permitido aprovecharla al máximo.
Se sabe que cada persona es un mundo. Sin embargo, algunos psicólogos han alertado acerca de problemas de aislamiento al trabajar toda la jornada semanal desde casa. La socialización en la oficina permite compartir ideas y sacar proyectos luego de sostener conversaciones diferentes con varios miembros.
Un estudio de la Escuela de Negocios IESE ha analizado la experiencia de 3000 trabajadores de diferentes nacionalidades. Esta investigación concluye que ni el trabajo remoto impide la creatividad ni la oficina en sí misma la fomenta. Existen muchas circunstancias que participan en la innovación: la personalidad del trabajador, la edad, las circunstancias personales, las necesidades…
Dicho estudio también señala que la flexibilidad de poder elegir ambas modalidades permite integrar en el mundo laboral a ciertas personas que pueden estar en desventaja, como cuidadores, personas con niños pequeños e incluso estudiantes.
Existen muchas personas cualificadas para puestos de trabajo que se enfrentan a la dificultad de no contar con la flexibilidad necesaria a fin de atender sus responsabilidades como cuidadores. Quizás estemos perdiendo talento por no considerarlos.
¿Están las oficinas preparadas para el retorno?
Como lo hemos comentado anteriormente, el trabajo presencial supone también que el colaborador entre en contacto con constantes distracciones que, a menudo, no benefician la concentración.
Los encuentros esporádicos, los comentarios, los mensajes y las reuniones improvisadas pueden perjudicar una jornada ajustada y de tiempo limitado.
Muchos trabajadores, si se les permite, usan audífonos para aislarse del ruido y poder concentrarse así en sus tareas o pensamientos. Cada colaborador que trabaja en una oficina pierde un promedio de 86 minutos de su tiempo por distracciones en el entorno laboral, según una encuesta realizada por Steelcase e IPSOS a 10 000 trabajadores de 14 países.
Sin embargo, el retorno puede promover de nuevo el trabajo en equipo, las interacciones multidisciplinares y las conversaciones que permitirán obtener alguna idea exitosa.
Si se quiere pensar en un retorno total, se debe considerar, por ejemplo, la necesidad de espacio vital para cada colaborador, requerimiento que la pandemia ha puesto de relieve. Ya no resultan adecuados los espacios pequeños ni las mesas con muchas personas.
El miedo a lo que hemos vivido permanece en nuestro subconsciente como una manera de recordarnos lo importante que es la supervivencia.
En este año que entra, se debe seguir manteniendo el distanciamiento social; además, se debe pensar en la renovación del aire, la desinfección y contar con salas de reuniones equipadas. Ello es necesario para no crear ansiedad en los colaboradores y ayudar a aquellos que necesiten más silencio o concentración al realizar ciertas tareas.
El 95% de los trabajadores considera imprescindible contar con un espacio privado para realizar parte de su trabajo. Sin embargo, casi la mitad (41%) no dispone de ello, porque sus zonas de trabajo carecen de despachos para concentrarse o mantener reuniones formales o informales de carácter privado.
Lo que hemos aprendido sobre la pandemia
Debemos quedarnos con una sensación optimista acerca de este retorno. La pandemia nos ha enseñado que es posible trabajar de forma híbrida, distribuir el espacio de la oficina y combinar modalidades de trabajo incluso en un mismo departamento.
Algunas empresas creativas han renunciado a sus oficinas, como WordPress, y han apostado por un teletrabajo al 100%. Otras han celebrado el retorno de todos sus miembros y la gran mayoría sigue gestionando personal en ambas modalidades.
La pandemia nos ha permitido conocer herramientas que facilitan el trabajo en la distancia y posibilitan compartir la documentación entre personas ubicadas en distintos lugares. El trabajo colaborativo se ha mantenido a pesar de la distancia. Ello supone que dicha habilidad se ha trabajado y se puede potenciar en este retorno.
Las herramientas han facilitado la dinámica del trabajo y pueden ayudar en la modalidad presencial. Asimismo, el retorno al lugar de trabajo reducirá también el uso de videollamadas, convirtiendo los días presenciales en un momento para agrupar reuniones.
Las dinámicas han cambiado, por lo que ahora muchos colaboradores se preguntan si volver al modelo de antes tiene algún sentido. En algunos sectores, ello es primordial; pero en otros se plantean la modalidad híbrida como forma de balancear mejor vida y trabajo.
Actualmente aumentan los debates sobre el retorno a la oficina; además, se producen cambios en algunos sectores como el tecnológico, cuyos profesionales buscan el trabajo 100% remoto.
Desde CompuTrabajo, recomendamos a los responsables de las empresas y RR.HH. escuchar las necesidades de los trabajadores, así como acompañar de forma personalizada a todos los equipos. Se debe determinar cómo generar compromiso y reducir la fuga de talento en este cambio que supondrá nuevamente un reto para las organizaciones.
Será necesario reconocer a aquellas personas que se adapten mejor a las decisiones tomadas. Asimismo, se debe considerar el salario emocional. Para ello, se deben diseñar planes específicos a fin de ayudar a aquellos colaboradores que presenten dificultades para el retorno, ya sea por tener familiares dependientes a cargo o incompatibilidades con sus circunstancias personales.